En tiempos, en donde la economía global pasa por momentos complejos, hay empresas que destacan y marcan la pauta de como hacer bien las cosas, este es el caso de Mercado Libre, empresa líder en venta online. En esta edición, entrevistamos a su Vicepresidente Países Andinos, Alan Meyer Frankfurt, para conocer el éxito de esta compañía.
- Estimado Alan, nos gustaría conocer un poco de tu vida comunitaria.
- “Cursé mis estudios desde Gan hasta 4to medio en el Instituto Hebreo, fui algunos años a Tzeirei (no llegué a ser madrij). Hice mi Bar-Mitzvah en Jafetz Jaim, con el Rab. Shaked, pero hace muchos años que soy miembro de la NBI, donde fui varios años miembro del directorio. También tuve algunos años de liderazgo comunitario formando un grupo universitario en el marco de la NBI entre 2007 y 2011, que se llamaba Sttam. Hoy estoy un poco más alejado de la vida comunitaria, aunque suelo ir a la sinagoga para las grandes festividades, y jamás dejo de hacer shabat con mi familia en casa”.
- ¿Qué te motivó a trabajar en Mercado Libre, y cómo evalúas o qué destacas de tu gestión en estos años?
- “Hace unos meses cumplí mis primeros 10 años en Mercado Libre, donde llegue el 2014 a abrir las oficinas en nuestro país siendo el primer colaborador. Hoy somos casi 3000 personas en Chile, y además tengo el privilegio de liderar las operaciones de Colombia, Perú, Ecuador y Venezuela como Vicepresidente de la región andina.
Antes de llegar a Mercado Libre trabajaba en Cencosud, a cargo del área comercial de París Internet. La verdad es que toda mi vida he estado muy ligado al ecommerce, habiendo emprendido y hecho mi tesis en comercio electrónico. El 100% de mi carrera profesional ha estado ligada a él. Pero durante mis primeros años, en medio de la pasión que sentía por el desarrollo de esta irrupción en la vida de las personas, me preguntaba por el propósito que tenía, no solo el ecommerce, sino el comercio y lo que hacíamos en general. Fue en medio de estos cuestionamientos que a partir de la llamada de un headhunter que comencé esta travesía de conocer lo que hacía esta singular compañía -democratizar el comercio y los servicios financieros en Latinoamérica-, y el sueño que se había propuesto de ser un agente de cambio de la vida de quienes vivimos en esta región del mundo. Era un sueño del que no me podía quedar abajo, y luego de varios meses y muchas entrevistas, me sumé al equipo.
He tenido la suerte de tener la oportunidad de lanzar Mercado Pago y Mercado Envíos en nuestro país; hacer crecer el negocio más de 50 veces; construir un equipo enorme de gente talentosa que es feliz haciendo lo que hace día a día; y de haber llevado a nuestra compañía al primer lugar en el ranking Merco, que mide la reputación empresarial. Es la primera vez que el ranking lo lidera una empresa extranjera.
Hoy más de 14MM de Chilenos están registrados en Mercado Libre; más de 32.000 pymes y 900 marcas venden a través de nosotros, y 1 de cada 2 paquetes que se venden por ecommerce desde Chile que no son supermercado se generan a través de Mercado Libre. El rol social, el impacto económico y la posibilidad de haber habilitado a tantas personas durante la pandemia son cosas que me llenan de orgullo”.
- ¿Crees que la pandemia fue el factor clave que permitió consolidar a la compañía?
- “Definitivamente la pandemia fue una gran oportunidad de ganar clientes, aunque también tenía un gran riesgo. En 2 años, nuestro negocio se multiplicó por 10. Y en 3 meses, justo después de que nos obligaran a todos a quedarnos en casa encerrados, estábamos despachando 3 o 4 veces la cantidad de paquetes que unas semanas atrás. No había -en todo Chile-, la capacidad instalada para hacer esos envíos, menos para hacerlo bien. Y creo que lo que nosotros hicimos fue cumplir sistemáticamente los compromisos que teníamos con nuestros clientes (los que ya compraban y los que, forzados por la pandemia, recién descubrían el ecommerce). Pudimos hacer extraordinariamente bien lo ordinario: cumplirle a la gente, habilitar a miles de pymes para que estando con locales cerrados pudieran vender, y despachar gratis y rápido a todo Chile”.
- ¿Qué mensaje o consejo le entregarías a los jóvenes de la comunidad, que ven en ti un referente, y que desean iniciar un
emprendimiento innovador?
- “Creo que lo primero es que uno no necesita tener una empresa para innovar. Lo que se puede hacer innovando y emprendiendo desde la empresa a veces es aún más alucinante, y conlleva menos riesgos personales. Por supuesto que necesitamos de emprendedores y soñadores para que nuestra sociedad avance, solo quiero aprovechar la oportunidad de compartir que no es el único camino.
Al menos yo siento que he tenido la posibilidad de emprender enormemente, aún cuando no soy dueño de un unicornio o una empresa en camino a serlo. Por otro lado, me encanta compartir con los más jóvenes, sobre todo cuando buscan sus primeros trabajos, que se enfoquen en lo que quieren aprender.
Muchos optimizan en base al sueldo, o el rubro, un jefe amigo o el renombre de la empresa. Yo creo firmemente que primordialmente los primeros años son donde uno debe y puede aprender, para poder entregar y darle uso a todo ese conocimiento a lo que uno hará en años posteriores. Aquí quizá la idea de ser parte de un proyecto nuevo o una startup está sobreponderado, mientras que ser parte de empresas que saben hacer muy bien lo que están haciendo y que cuentan con una gran trayectoria, puede ser un camino muy provechoso también.
Y por último, pregúntense más sobre qué es lo que hace la organización que piensan o en la que trabajarán en la sociedad, que el tamaño que tiene o el rol que tendrán. Vivimos en el mundo de la legitimidad social, del propósito y de la sustentabilidad. Creo que cada vez habrá menos espacio para organizaciones cuyo sentido no sea hacerle un bien a la sociedad”.